El tiempo es valioso y suele irse rápido cuando queremos estudiar de la mejor forma, aunado a ello, es muy común perder tiempo cuando leemos y nos desconcentramos, o cuando por falta de compresión lectora, volvemos a releer algún fragmento porque nos damos cuenta de que no entendimos nada. Mejorar la velocidad de lectura es el sueño de todo estudiante y lector, esto puede ahorrarte una cantidad significativa de tiempo, potenciar tu memoria rápida y esfuerzo, y aunque pueda parecerte complicado, con técnica y constancia lo podrás lograr.
Identificar el tipo de lectura que queremos hacer, será el primer paso. No siempre nuestras lecturas estarán guiadas a buscar la rapidez. Cuando se lee por placer, por ejemplo, las pausas suelen hacerse porque se busca apreciar la estética y usos de recursos literarios de un autor, a diferencia de cuando leemos porque queremos aprender, el propósito cambia, se deja atrás la apreciación y se busca retener y entender el conocimiento.
Contenido
Tips para mejorar la velocidad de lectura
Cuando leemos más rápido, las ideas quedan almacenadas en nuestro cerebro de forma coherente, cohesionadas y nuestra comprensión aumenta. Esto ocurre porque cuando leemos de forma habitual, nuestro cerebro es sometido a procesar toda la información de forma más lenta, esto da como resultado que el cerebro “desvíe” toda esta información y se pierda la concentración. Cuando se busca mejorar la velocidad de lectura, el propósito no es hacerlo palabra por palabra, sino recorrer el texto por grupos de palabras o frases.
Educa tus hábitos de lectura
Leer no tiene que ser un acto al que acudas expresamente cuando tienes una tarea o un proyecto que llevar a cabo. El primer paso para pulir tu rendimiento en la lectura es que lo conviertas en un hábito, donde diariamente inviertas al menos unos cuarenta y cinco minutos exclusivos para ello.
Busca un soporte visual
Utiliza un lápiz, bolígrafo o regla que sirva como apoyo al momento en que estés leyendo. Esto evitará que confundas líneas y te posicionará por cuál parte del texto vas, de esta manera, irás guiando tus ojos con mayor precisión y evitarás las regresiones o confusión de líneas.
No silencies tu subvocalización
La subvocalización es esa pequeña voz que resuena en tu cerebro cuando estás leyendo en silencio. Si bien es difícil lograr silenciarla, debe controlarse. El mito sobre prescindir de esa “vocecita” para poder leer más rápido, se ha desmontado pues, gracias a ella, se puede comprender lo que se lee.
Releer
Releer un texto puede ser un enemigo cuando queremos ganar tiempo. sin embargo, puede ser necesrio al principio. Esto se debe a varias razones: Se tiene poco conocimiento en la materia o no se estuvo lo suficientemente concentrado al momento de leer. Ante cualquiera de estas opciones, es importante realizar una lectura previa que te coloque en contexto sobre el tema en cuestión y que por otro lado, pueda esclarecerte los puntos más importantes del texto.
Enriquece tu vocabulario
El hecho de tener que frenar la lectura, se convierte en una realidad cuando empezamos a encontrar palabras o grupos de palabras que nos desconcentran, pero ¿cómo enriquecer el vocabulario? La mejor forma es seguir leyendo, pero optando por textos que sean más complejos, donde el uso de palabras sea más formal. Crea tu propio diccionario, utiliza un pequeño cuaderno donde apuntes los significados, o el block de notas de tu teléfono. Ponte como meta insertar esas nuevas palabras aprendidas en tu vocabulario.
Las palabras clave son tus aliadas
Otro secreto de quienes son ávidos con las lecturas, es que dirigen su enfoque hacia las palabras y oraciones clave inmersas en el texto. Esto por un lado agiliza el tiempo, y por otro, evita someter el cerebro a analizar todas las palabras. Prescinde de leer palabras de relleno u oraciones repetitivas.
Reduce las fijaciones
Imagina que tus ojos son una cámara y las fijaciones son el enfoque que realizas. El punto es que, cada fijación o enfoque, termina por cansar el ojo, mientras más lo hagas, agotarás los músculos oculares.
Campo visual
Ampliar el campo visual es el ejercicio epítome que te permitirá leer de manera veloz, porque no lo harás por palabras, sino por conjuntos. Pero también es el que requiere de más paciencia. Vamos a hacer uso de una técnica sencilla: Lo primero que debes hacer es buscar un libro que tengas a tu alcance; comienza por practicar en sesiones de diez a quince minutos, la lectura de dos a tres palabras por grupo. Por ejemplo:
La ciudad de – los techos rojos – amaneció bañada por – un radiante sol
La idea de este ejercicio es leer en un compendio de tiempo corto, una gran cantidad de palabras, sin necesidad de estancarse en una por una. La idea de esta práctica es que tus ojos no deben deslizarse en cada palabra, sino que vayan desmenuzando cada punto a la par del grupo de tres. Lo más recomendable es comenzar por grupos más pequeños y luego, ir aumentando paulatinamente,.
Actualmente en Internet están disponibles muchísimos ejercicios que te ayudarán a potenciar la rapidez en tus lecturas.
Demarca hacia dónde quieres llegar
Mejorar la velocidad cuando se lee requiere compromiso, pero es un empeño irreal que de buenas a primeras, intentes realizar grandes lecturas en un tiempo corto. Sé amable contigo, haz uso del cronómetro y ve marcando objetivos desde lo mínimo, hacia lo máximo.
Disfruta de tu lectura
Serán innumerables las veces en que nos topemos con textos que no son de nuestro agrado, y más si se presentan en el camino académico. Eso es un hecho. Pero lo importante es poder tejer nuestras lecturas con una perspectiva positiva sobre todo lo bueno que nos pueden aportar. Si no es de ese modo, la motivación al enfrentarte con los párrafos se desvanecerá.