Mesoamérica es una subregión cultural de la América precolombina, es decir un conjunto de áreas geográficas ocupadas por grupos étnicos que compartían muchos rasgos culturales, comunes antes de la colonización española de América. Este se corresponde con el territorio habitado, en particular, a la llegada de los españoles en el siglo XVI, por los aztecas, los tarascos y los mayas, así como otros pueblos indígenas relacionados con ellos.
Geográficamente, Mesoamérica se extiende desde el norte de México hasta Costa Rica, incluyendo Belice, Guatemala, el oeste de Honduras, El Salvador y el lado Pacífico de Nicaragua. Mesoamérica se distingue de Centroamérica en que, en su sentido geográfico, esta última se extiende desde el Istmo de Tehuantepec, en el sur de México, hasta el Istmo de Panamá. El término Mesoamérica resultó establecido por el antropólogo germano naturalizado en México Paul Kirchhoff en 1943, sobre la base de una lista de sistemas culturales comunes a las civilizaciones de esta área geográfica.
Esta zona se caracteriza por una uniformidad exclusivamente cultural que se manifiesta en varios niveles. La frontera norte de Mesoamérica separa las sociedades de cazadores-recolectores (en el norte) de las sociedades agrícolas (en el sur) que se han movido con el tiempo. Al sur, la frontera es cultural y lingüística. La prehistoria y la historia de esta área cultural se dividen tradicionalmente en tres grandes épocas: preclásica, clásica y posclásica.
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Características de la civilización mesoamericana
Todas las civilizaciones precolombinas de esta zona tienen características culturales comunes que las distinguen entre sí, como las andinas. La arquitectura está dirigida primordialmente a los ritos religiosos con centros ceremoniales y plazas, e incluso ciudades con grandes estructuras de piedra que constan de pirámides escalonadas, palacios y arenas para los juegos de pelota sagrada.
Entre las diferentes civilizaciones existe unidad de las religiones politeístas, que toman deidades arquetípicas, las cuales encontramos bajo varios nombres y formas en toda Mesoamérica, como el dios del fuego, el dios de la lluvia o la serpiente emplumada. El sacrificio humano, cuya ubicuidad fue reconocida sólo gradualmente por los arqueólogos, es una práctica ceremonial común igual que las ofrendas a la tierra.
Es común la creencia en el nahual, un ser mitológico de naturaleza dual, tanto humana como animal; igualmente la creencia en un viaje al más allá en el inframundo. La producción artística con función religiosa y política es una característica común que llevó a un alto nivel de desarrollo de la artesanía: como el procesamiento de la piedra, cerámica, madera, textiles, metal, dibujo y pintura.
Se generalizó el cálculo del tiempo que combina un calendario solar de 365 días y un calendario ritual sagrado de 260 días, en relación con un espacio-tiempo simbólico y dualista. En toda la región se utilizó un sistema de escritura muy icónico que combina glifos y representaciones figurativas y el sistema numérico parcial vigesimal.
El maíz es la base de la agricultura y especialmente su nixtamalización, consistente en hervirlo en agua mezclada con cal para aumentar su valor nutritivo. La ausencia de animales de tiro es un elemento común. La región constaba de sociedades agrícolas basadas en el maíz con estructuras gubernamentales complejas, muchas de las cuales se convirtieron en estados.
Geografía y clima
Las civilizaciones de Mesoamérica se ubicaron en el istmo centroamericano que conecta América del Norte y América del Sur entre los 10 ° y 22 ° de latitud norte, contrario a Oasisamérica que está al suroeste. Estos territorios tienen una combinación múltiple de sistemas ecológicos, zonas topográficas y condiciones ambientales. Estos nichos se dividen en dos categorías principales: Tierras bajas (áreas entre el nivel del mar y 1000 metros sobre el nivel del mar) y altiplanos, tierras altas (ubicadas entre 1000 y 2000 metros sobre el nivel del mar).
En las regiones bajas, los climas subtropicales y tropicales son más comunes, en particular, esto es cierto para la mayor parte de la costa a lo largo del Océano Pacífico y el Golfo de México y el Caribe. Las tierras altas muestran una diversidad climática mucho mayor: desde climas secos, tropicales a fríos de montaña. El clima predominante es templado con temperaturas cálidas y lluvias moderadas. La precipitación varía desde la árida Oaxaca y el norte de Yucatán hasta el sur húmedo del Pacífico y el Caribe.
Cronología cultural
La historia de la presencia humana en Centroamérica se puede dividir en varias etapas y períodos: períodos paleoindios, arcaicos, preclásicos, clásicos y posclásicos. Este último período incluye la época de la conquista española. La distinción entre los períodos tempranos (antes del comienzo del período clásico) generalmente refleja los diferentes perfiles de la organización sociocultural, caracterizados por una creciente complejidad sociopolítica, la adopción de nuevas y diferentes estrategias de existencia y cambios en la organización económica incluyendo el fortalecimiento de la interacción interregional.
Período paleoindio y Arcaico
Las primeras formas de agricultura se desarrollaron en el período arcaico. Durante este tiempo, se produjo por primera vez el asentamiento permanente en las aldeas. Hacia el final de este período apareció el uso de cerámica y telares simples.
Período preclásico
El período preclásico marcó el comienzo de la era de la formación de ciudades-estado más grandes y la primera arquitectura ceremonial a gran escala. Se caracteriza por el desarrollo de pueblos en ciudades, que a su vez ejercían poder e influencia regionales. Con los Olmecas, la primera civilización mesoamericana se desarrolló en esta época en la costa del Golfo de México; probablemente influyó en sitios del altiplano central así como en el sur del país. Los Zapotecas y Mayas también se encontraban en las primeras etapas del desarrollo urbano.
Período clásico
Durante el período clásico, la ciudad de Teotihuacán, en el centro de México, se convirtió en una metrópoli. Su imperio gobernaba gran parte de Mesoamérica. El período clásico fue también el período más importante de la cultura maya.
El final del período Clásico en Mesoamérica coincide con la caída de Teotihuacán en el siglo VII. En el curso de este, muchos de los lugares en las tierras bajas del sur (especialmente Tikal) observaron un breve declive. El período clásico tardío, que se caracterizó por el desarrollo continuo de los mayas, a veces se conoce como el apogeo.
Período Posclásico
Durante el período posclásico, el centro de gravedad del poder se desplazó gradualmente desde la península de Yucatán hacia el centro de México. Los toltecas controlaron brevemente el centro de México desde el siglo XI al XIII; después de eso, su imperio se vino abajo mediante el ataque de algunas tribus del norte de México. El vacío de poder resultante fue llenado por el imperio azteca desde principios del siglo XIV hasta la conquista española.
En el norte de Yucatán también hubo una invasión de grupos del centro de México a principios del siglo XI, poco después del colapso del imperio tolteca. La fusión de la cultura maya con la cultura de los conquistadores ayudó posteriormente a que las ciudades de las tierras bajas del norte se levantaran, lo que sólo terminó con la intervención de los españoles.