Desde que el hombre hizo música por primera vez, utilizando su voz, esta se convirtió en una de sus compañías más cercanas. La música pasó a transformarse en una parte fundamental de la vida de las personas, un acompañante en diferentes momentos y en múltiples situaciones. Lo que ha llevado, a estudiar los efectos de la música durante las principales actividades humanas, pasando por un efecto social hasta los efectos en el cuerpo.
Uno de los efectos más estudiados es el que ocurre en el cerebro humano, cuando escuchamos la música que nos agrada. En ese momento, se libera dopamina, una de las hormonas del placer, lo que origina que nos sintamos bien y estemos motivados.
Por ello, se dice que la música mejora la actividad motora, el comportamiento, el sueño, el humor, la atención y los procesos de aprendizaje.
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Efectos de la música
Dentro de los efectos de la música está el regular los niveles de las hormonas relacionadas con el estrés, así como el fortalecimiento de la memoria y del aprendizaje. Incluso, es capaz de modificar la velocidad de las ondas cerebrales, permitiéndonos entrar en un estado mental propicio para diversas actividades.
Estos estados mentales no se logran con todos los géneros musicales, así que hay que saber elegir cuál es la mejor música para estudiar y concentrarse.
Por ejemplo, el rock, el heavy metal y el punk rock no ayudan mucho, debido a que cuando los sonidos son muy fuertes, la concentración disminuye. Algo parecido ocurre cuando escuchas radio, porque los locutores y los anuncios publicitarios distraen, por lo que no son convenientes, si el objetivo es estudiar y concentrarse.
Entonces, la pregunta es: ¿Cuál es la mejor música para estudiar y concentrarse?
Música para estudiar
Desde hace ya algunas décadas, se ha venido utilizando la música para estudiar, convirtiéndose en una práctica muy común entre muchos estudiantes. Escuchar música puede estimular que mejore el rendimiento en tareas mentales, como:
- El razonamiento espacio-tiempo, que permite ubicarse en el espacio y el tiempo, permitiéndonos leer planos, jugar ajedrez y remodelar una casa, entre otras cosas.
- El pensamiento lógico-abstracto, que permite mejorar la inteligencia matemática.
Estas competencias son extremadamente valiosas, ya que ayudan a entender lo que pasa a nuestro alrededor y a estar mejor formados a fin de conseguir el éxito profesional. Lo mejor de todo, es que podemos desarrollar estas habilidades escuchando música mientras estudiamos.
Música para concentrarse
De acuerdo con el tipo de música que se escuche, es posible relajar la mente, lo que permite concentrarse mejor. Esta mejor concentración hace que podamos realizar tareas de una forma más efectiva y sin agotamiento, porque la mente está relajada y dispuesta. También, reduce el nivel de distracciones, lo que incluso es de mucha utilidad en los procesos de memorización de textos complejos, por ejemplo.
Los sonidos de la naturaleza ayudan a mejorar el ánimo y la concentración, básicamente porque son sonidos que comprometen al cerebro con la tarea que estamos haciendo. Y los sonidos de las montañas, la lluvia, la selva o las olas, debido a su aleatoriedad son capaces de evitar distracciones, manteniendo al cerebro enfocado en lo que está realizando.
En otras palabras, la mente logra alcanzar un nivel de tranquilidad tal, que permite enfocarnos en las actividades que estamos haciendo.
Entonces, si escuchamos música con sonidos de la naturaleza, nuestro cerebro es capaz de ignorar sonidos como conversaciones, notificación de dispositivos móviles o ruidos ambientales.
La concentración que se puede alcanzar con la música, provoca que seamos más eficientes en lo que hacemos, ya que evita las interrupciones originadas por sonidos molestos.
Se recomienda escuchar música instrumental combinada con sonidos de la naturaleza porque es mucho más efectiva para mantener la concentración.
Música para memorizar
Dentro de los atributos de la música, el ritmo es el que marca el compás y se mide en latidos o pulsaciones por minuto. Se habla de ritmo musical cuando las notas de una melodía se repiten en determinados intervalos de tiempo, aunque pueda variar su intensidad.
La música cuyo ritmo oscila entre 50 y 80 pulsaciones por minuto es una excelente ayuda para el proceso de memorización. Básicamente, porque el ritmo musical se acompasa con la frecuencia del corazón que oscila entre 60 y 100 latidos por minuto.
Este acoplamiento entre el ritmo musical y la frecuencia cardíaca hace que exista una amalgama de latidos que calma la mente. Es un ritmo que produce un efecto tranquilizador, activando en el cerebro el pensamiento lógico, lo que ayuda a aprender y recordar con mayor facilidad.
Algunas canciones de jóvenes artistas tienen este ritmo de latidos, como por ejemplo:
- “We Can’t Stop” de Miley Cyrus.
- “Mirrors” de Justin Timberlake.
Ambos temas logran calmar nuestra mente, propiciando que el cerebro aprenda y que recuerde nuevas cosas. Si se desea consolidar la información memorizada a largo plazo, se aconseja escuchar piezas melódicas del período barroco de la música clásica conocidas como “Passive Concert”.
¿Cuál es la mejor música para estudiar y concentrarse?
Con el fin de seleccionar la mejor música para estudiar y concentrarse, hay que comenzar con la música que nos gusta. Pues, si se elige música que sea de nuestro agrado, es seguro que la disfrutamos y de esa manera, obtenemos excelentes resultados.
Adicionalmente, para completar una elección inteligente, hay que considerar el ambiente exterior, nuestro estado de ánimo y la hora del día.
Por ejemplo, si es de noche y escuchamos música instrumental que incluya sonidos de la naturaleza, el efecto será un estado de somnolencia, nada efectivo para estudiar. Entonces, de noche, lo que más apropiado es la música clásica con ondas más cortas y un ritmo mayor con tonos más ágiles, los que nos ayudan a estar despiertos y enfocados. Como los valses de Chopin, la Sinfonía Praga de Mozart y el Concierto número 1 para piano y orquesta de Beethoven o el de Tchaikovsky.
En cambio, si es de día es aconsejable escuchar música contemporánea, evitando la música que se pueda convertir en distracción. La música que nos hace cantar las canciones o que nos traen recuerdos de algo vivido, no es una buena alternativa para estudiar. Porque si cantamos o recordamos eventos pasados, este tipo de música solo es un distractor muy potente para nuestra mente.
En consecuencia, lo más recomendable es ir probando que tipo de música es la que mejor le funciona a cada uno, sin olvidar los gustos y las circunstancias en la que estudiamos. Porque, cada individuo tiene características propias y la música es sumamente variada, así que las guías generales solo son una ruta para elegir lo que más nos acomoda. Sin olvidar, que hay música para estudiar, para concentrarse, para memorizar y por supuesto, para cantar y distraerse.
Entonces, hay que elegir la música que mejor se adapta a las actividades que vamos a desarrollar, para cumplir con lo que queremos hacer. En resumen, hay que ser cuidadoso cuando se va a escoger la mejor música para estudiar y concentrarse.