Séneca, el filósofo romano, señaló que el tiempo es el único y verdadero bien que los hombres poseen y que, también, el más desaprovechado, tanto por las acciones inoportunas de terceros, como por la propia negligencia. A fines de la década de los 80, casi dos milenios más tarde, esta misma preocupación se mantendría viva gracias a Francesco Cirillo, el inventor de la técnica o método pomodoro, quien también apuntó hacia un mejor y más eficiente uso del tiempo.
Desde su aparición esta técnica ha tenido muy buena recepción. Después de todo, la sociedad moderna presenta, tanto una elevada demanda de productividad, como una fuerte tendencia a la procrastinación. Estos factores tal vez puedan ayudar a comprender cómo en la actualidad, esta técnica ideada por Cirillo en sus días de estudiante, tiene aún tanta vigencia.
En este breve artículo podrás descubrir todo sobre el método pomodoro: su origen, principios, reglas, pasos para llevarla a cabo y sus beneficios. Se trata de una técnica imprescindible para estudiantes, profesionales y todo aquel que, siguiendo las enseñanzas de Séneca, desee conservar y aprovechar al máximo ese único y verdadero tesoro que es el tiempo.
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¿Cuál es el origen del método pomodoro?
A finales de los 80, un joven estudiante llamado Francesco Cirillo, motivado por sus propias necesidades, pondría en marcha una técnica novedosa que lo ayudaría a estudiar para un importante examen que tendría al día siguiente. Al parecer, Franceso había intentado todo para lograr concentrarse y nada parecía dar resultados. Definitivamente parecía destinado al fracaso.
Sin embargo, cuando todo parecía perdido, su madre le pidió ayuda mientras hacia unas compras para que revisase un asado de puerco que acababa de meter en el horno. Su madre, previendo un posible descuido del joven, le dio un temporizador con forma de tomate (pomodoro en italiano) para que esperase exactamente 25 minutos antes de retirar el ansiado platillo.
Durante esos minutos Francesco logró concentrarse en sus apuntes y, para su sorpresa, los 25 minutos se le fueron volando. No obstante, Cirillo había aprovechado mucho ese breve instante puesto que se había concentrado de una forma profunda en sus deberes. Tras retirar el alimento del horno (un breve descanso, tomar agua) el muchacho repetiría el procedimiento en varias ocasiones.
Este fue el origen de la técnica pomodoro la cual, en un principio, parece haberse llamado Técnica del Puerco (en honor al platillo de la madre). Aún así, Cirillo cambió de parecer con el nombre debido al simpático instrumento que lo acompañó en las horas previas del temido examen, el cual, vale acotar, superó de una forma bastante satisfactoria.
¿Qué es el método Pomodoro?
El método Pomodoro es una forma de administrar el tiempo y mejorar la productividad personal ideada por Franceso Cirillo a finales de los 80. Como técnica se basa en los principios de concentración profunda por intervalos (denominados pomodoros) y de pausas regulares que varían en su duración dependiendo del número de pomodoros ya realizados.
Por una parte, con este procedimiento se disminuyen los efectos negativos del multitasking (tareas simultáneas) elevando así la concentración y la eficiencia. Por otra parte, se evita una sobrecarga mental mediante descansos regulares.
Estos últimos, como ya se apuntó, varían según el número de pomodoros realizados. Así, en los primeros 3 pomodoros (los primeros 3 intervalos de estudio de 25 minutos) solo se descansa un máximo de 5 minutos. Después del 4 pomodoro se debe realizar un descanso “largo” generalmente de 20 minutos, procurando que no sea menor o mayor a dicho lapso.
¿Cuáles son las “reglas” del método pomodoro?
Hasta ahora todo parece bastante claro ¿no? Solo hay que colocar plazos de 25 minutos para cada actividad con descansos de 5 minutos y de 20 minutos una vez superada cierta cantidad de trabajo ¡Pan Comido! Sin embargo, estas no son estrictamente las “reglas” de la técnica pomodoro.
La verdadera regla del método es la indivisibilidad de los pomodoros. Por mucha ansiedad que tengas por revisar el refri, tu celular o de ver que está haciendo el vecino, los intervalos de trabajo deben ser respetados en su totalidad. Solo de esa manera se logra avanzar en la tarea a realizar y potenciar la concentración de un modo realmente signficativo.
Lo mismo hay que decir sobre los descansos: Estos también son indivisibles. Lo recomendable es cumplirlos de forma rigurosa, y si bien no hay que ser obsesivos con el control de los segundos, sí hay que procurar no descansar más o menos de lo necesario. Si se descansa “de más” se termina por perder el ritmo, y si se descansa de menos, se corre el riesgo de sobrecargarse.
Pasos a seguir
El esquema básico del método pomodoro es el siguiente:
- Trabajar 25 minutos (primer pomodoro)
- Descansar 5 ´´
- Trabajar 25 ´´ (segundo pomodoro)
- Descansar 5 ´´
- Trabajar 25 ´´ (tercer pomodoro)
- Descansar 5 ´´
- Trabajar 25 ´´ (cuarto pomodoro)
- Descansar 20 ´´
De requerirlo, y estar en capacidad, se puede repetir todo el proceso. De lo contrario se recomienda un descanso más profundo como bien puede serlo una siesta corta. Asimismo, vale acotar que este modelo es solo una base y que puede ser modificado según las necesidades de cada quien.
Beneficios principales y secundarios
Los beneficios de la técnica pomodoro pueden dividirse entre principales y secundarios, o lo que sería similar, entre beneficios instrumentales y personales. El beneficio principal es, sin lugar a dudas, técnico, puesto que consiste en una mejora en la productividad en términos cualitativos y cuantitativos. Es decir, te permite trabajar y/o estudiar más y mejor.
No obstante, esta impronta encubre un beneficio del tipo personal en sus usuarios. Quienes aplican el método pomodoro se hacen más productivos, pero igualmente, como señalaba Séneca, se hacen “dueños de su tiempo”. De tal manera, una persona que administra mejor su tiempo se ve liberada en buena parte del estrés y está en mayor libertad de hacer lo que prefiera.
Podría decirse, que la técnica pomodoro, no solo influye positivamente sobre los resultados académicos y laborales, sino que también impacta sobre el bienestar personal. Se trata pues, de una técnica que recuerda que el tiempo es el más importante recurso del que disponemos.