Reseña de la novela “Lluvia fina”, de Luis Landero

Reseña de la novela "Lluvia fina", de Luis Landero

Un antiguo rencor familiar y los límites de la verdad marcan la trama de la última novela del escritor, Luis Landero. La obra con muy buenas críticas fue elegida como la más destacada del año 2019, así que definitivamente es una buena sugerencia para aquellos que andan en la búsqueda de un buen libro. Te dejamos una increíble reseña de la novela Lluvia Fina, para que te animes a leer esta maravillosa obra española.

Aspectos más importantes de la novela Lluvia Fina

Lluvia Fina es una obra que te lleva al límite de las mentiras y te hace reflexionar acerca de qué tan bueno es decir todo lo que piensas, si vale la pena la imprudencia o si definitivamente es mejor mentir u omitir.

Landero hace referencia a los diferentes matices del engaño a lo largo de esta historia y plantea la idea de que puede ser poco sensato decir siempre la verdad, porque definitivamente tienes que mentir, todos mienten alguna vez y generalmente lo hacen sólo para complacer y mantener la tranquilidad. 

El relato nos deja una amarga certeza de que las historias, las conversaciones diarias, los descuidos y los errores verbales o el simple hablar por hablar no son del todo inocentes. Mentir es necesario para vivir, para convivir, dirían algunos escritores y en este caso resulta cierto, ya que es peligroso y complicado decirle a la familia toda la verdad, sobre todo en una reunión.

La trama se inicia con una reunión familiar, que tiene como principal motivo celebrar un cumpleaños. Gabriel, uno de los tres hijos llama a sus dos hermanas para celebrar los ochenta años de la madre. Una mujer que no fue para nada una figura amorosa, con un fuerte carácter, estricta, ahorradora y que asumen tienen miedo a la sonrisa pues nunca se le veía el asomo de una en el rostro, al parecer en su mundo sólo traen desgracia. 

Reseña de la novela "Lluvia fina", de Luis Landero

Para el hijo no importa lo que hizo o no hizo su madre, sin embargo, no todos los miembros de la familia piensan igual y eso es clave. Aurora, la nuera, es una mujer en apariencia buena e ingenua, es guardiana involuntaria de las diferentes versiones que cada miembro de la familia tiene respecto a los demás integrantes y conocedora de los viejos rencores, por lo que intenta disuadir al hombre de llevar a cabo la reunión.

Sin embargo, la decisión está tomada y desde la primera llamada, las llamas del resentimiento y la rabia se avivan y algo que estaba dormido, despierta para atormentar nuevamente. A medida que avanza la obra, afloran los viejos rencores, sale a la luz lo que no se ha dicho durante mucho tiempo, pero tampoco se ha olvidado, tejiendo una telaraña donde todos quedan atrapados.

Además, como personaje secundario, aparece el padre, un trabajador agrícola que con su carácter afable y fantasioso es el opuesto de su esposa. Lo que pudo ser una inocente reunión familiar se tornó un hervidero de conversaciones cada vez más enconadas, que van revelando la vida de los miembros de la familia, Sonia, Andrea, Horacio, Aurora, Gabriel y por supuesto de la madre, además de toda la historia familiar.

Relatos y revelaciones desde la infancia de los protagonistas hasta su vida actual que nos permiten entender sus actitudes y pensamientos. Haciendo realidad el gran temor de Aurora, todas las querellas y rencores pasados, resurgiendo como una lluvia fina, que puede empapar y hacer crecer un cauce de agua hasta que este arrase todo a su paso.

Acerca del autor y la obra

Luis Landero Durán es oriundo de Badajoz (España), es hijo de agricultores extremeños muy humildes, nacido el 25 de marzo de 1948. Este novelista y articulista español trabajó desde muy joven para costear su formación y logró graduarse en Filología Hispánica en la Universidad Complutense de Madrid.

Aún cuando en su vida nadie le inculcó el gusto por la lectura, pues los libros estaban prácticamente ausentes en su núcleo familiar, desarrolló un amor por la literatura que nunca dejó de lado y que más adelante le llevó a escribir diferentes obras. Además, fue docente de Lengua y Literatura española en el instituto Calderón de la Barca y la Escuela de Arte Dramático en la capital de España y en la Universidad de Yale.

Su primera novela fue Juegos de la edad tardía, publicada en 1989, momento en el que Landero tenía cuarenta años y fue un éxito total. Le siguieron otras obras como Caballeros de fortuna en 1994, El mágico aprendiz en 1998, El guitarrista del 2002, Hoy, Júpiter en el 2007, el Retrato de un hombre inmaduro en el 2009, Absolución en 2012 y La vida negociable en 2017.

Se dedicó a la escritura, demostrando que su estilo destaca sus raíces cervantinas. Además, el uso de un lenguaje cuidado y denso tras una aparente sencillez, es definitivamente atrayente para quienes saben apreciar un buen escritor y para todos los amantes de un buen libro. En Lluvia Fina, captó la atención del público que esperaba con avidez otra excelente historia.

Es un libro que deja en claro la complejidad de las relaciones familiares, sin embargo, es una historia que te abraza y te hace sentir cómodo entre sus páginas. Tal como ocurre con El balcón en invierno del año 2014.

Una historia que oscilaba entre la calidez y el esplendor de su infancia bajo la protección de una familia extremeña dedicada a la agricultura y su etapa en el barrio de Prosperidad en Madrid, donde se abrió a la vida adulta. En ese libro mostró su despertar al mundo y llevó al lector por un viaje a través de su vida de manera armoniosa. 

En Lluvia fina, su inspiración llega a partir de una muy breve noticia de un diario que contaba una tragedia tras una reunión familiar. Esta triste nota fue el destello que disparó la idea: de repente vio que allí estaba la novela, en sólo tres meses la idea maduró y requirió de unos cinco para escribirla. Pero aún siendo una historia de personajes complicados, el escritor se encarga de hacer el recorrido ameno y agradable. 

En el relato de esta familia puedes encontrar todo, cuentas que saldar, heridas que deben curar, agravios que exaltan  la imaginación o simplemente se inventan, traumas y un sinfín de reproches y reclamos que llegan unas cuantas décadas más tarde. Encontrarás también el victimismo en todas partes, el sentimiento de culpa y frustraciones individuales que proyectan en la familia y en muchos aspectos de sus vidas.

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